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Jóvenes Politizados - Por Antonio Zapata

miércoles, 23 de abril de 2008

Días atrás, invitado por el NDI, fui moderador de un debate político juvenil. Eran las juventudes de los partidos políticos, que congregados por el instituto de Jimmy Carter, se habían reunido para discutir sobre la pobreza. Estaban presentes cinco partidos: Acción Popular, el APRA, Partido Nacionalista, Partido Popular Cristiano y Partido Socialista. El público no era muy numeroso, alrededor de 100-150 personas cómodamente sentadas en el auditorio de la municipalidad de Pueblo Libre. Todos eran jóvenes y provenían de los más diversos sectores sociales. Los nacionalistas eran los únicos uniformados y también eran los más numerosos. Me llamó la atención el predominio del enfoque doctrinario sobre el pragmático. No partían de la cruda realidad para elaborar sus ideas. Llegaban a ella, ubicando previamente su pensamiento en un marco doctrinario. En este terreno, las ventajas principales fueron del PPC y del PS, puesto que ambos poseen discursos con racionalidad universal. Los jóvenes socialistas aludían a la lucha de clases como realidad imperante en el mundo entero; del mismo modo, ellos expresaban objetivos de libertad y justicia cuyo atractivo reside precisamente en su validez global. En ese mismo sentido se movía el PPC. En efecto, los jóvenes socialcristianos citaban encíclicas del Papa para ordenar su planteamiento. Estas dos posturas eran las antitéticas de la reunión: la planificación versus el mercado. Ambos exhibían un valor que la juventud admira mucho: la coherencia, la capacidad de explicar el mundo entero a partir de un conjunto ordenado de ideas. Eran muchachos que aspiraban a concebir una catedral e imaginar su arquitectura conceptual.Los jóvenes apristas no se habían tomado la actividad completamente en serio. Apenas había un grupo reducido. En ningún momento apareció el "perro del hortelano". La famosa elaboración política del presidente Alan García estaba ausente. Ni siquiera fue mencionada en las intervenciones previas de Iván Hidalgo y Pedro Francke. Empleando herramientas distintas y arribando a conclusiones también diferenciadas, ellos habían iniciado el debate con una discusión política sobre causas y caminos para superar la pobreza. El director del programa "Crecer" hizo un discurso técnico de los objetivos y actividades de los programas sociales del gobierno. Claro en su explicación y con manejo detallado del aparato del estado, el ingeniero Hidalgo expuso las actividades gubernamentales en la lucha contra la pobreza. Pero, del perro del hortelano nada.Por su parte, el joven representante aprista tampoco empleó el concepto de García. Su discurso me pareció algo confuso. Mi interpretació n fue que había decaído el tradicional buen manejo doctrinario de los jóvenes apristas. ¿Estarán complicados por las contradicciones entre su mensaje tradicional y la nueva ola introducida por el "perro del hortelano"? Puede ser que el discurso del "perro" no sea asumido del todo, pero tiene el peso suficiente para desarmar el viejo argumento aprista. Quizá me equivoco y la explicación puede hallarse en el hecho anotado que para el APRA era una actividad menor.La única alianza notoria de la reunión fue de las izquierdas con el nacionalismo. A la hora de las preguntas, una joven se identificó como militante del PCP y junto al PS buscaron el entendimiento con los nacionalistas. Éstos representaban la masa de la reunión y la fuerza principal del auditorio. La lucha contra las causas estructurales de la pobreza fue el medio para la alianza de las izquierdas con el PNP. Los nacionalistas aceptaron esta invitación en un ambiente donde ningún otro grupo era capaz de armar una coalición. A diferencia de lo que ocurre en el Congreso, no percibí acercamiento alguno entre AP y el PNP. Me quedó claro que los jóvenes del foro intuían cómo irían agrupados en las próximas elecciones del 2011.La reunión terminó en forma muy pacífica y tranquila. No hubo ninguna agresión y a lo más se escucharon algunas pullas graciosas. Estoy seguro de que este grupo no representa a la juventud en general. Pero sí a un sector decisivo: aquellos que tomarán algún día en sus manos el destino político del país. Mi apreciación es que tienen fuerza intelectual, interés y afán de protagonismo. Asimismo, disponen de capacidad para ubicarse políticamente y están aprendiendo qué tipo de Perú desean. Estamos advertidos, se nos viene una nueva generación de políticos. Bienvenidos.
23 de abril de 2008